Design Thinking es una metodología utilizada para resolver problemas con mayor eficacia, colectividad, colaboración y creatividad. El término fue creado en la década de 1990 por David Kelley y Tim Brown, y encapsuló métodos e ideas que llevaban años gestándose en un concepto unificado.
La metodología crea las condiciones necesarias para aumentar la generación de ideas basadas en las necesidades reales de los consumidores de un determinado producto o servicio, lo que permite llegar a soluciones ideales tanto para la empresa como para sus clientes.
Pensar como un diseñador puede transformar la forma en que las organizaciones desarrollan productos, servicios, procesos y estrategias. El Design Thinking aúna lo que es deseable desde una perspectiva humana con lo que es factible desde una perspectiva económica y tecnológica. El enfoque también permite a personas sin formación, como los diseñadores, utilizar herramientas creativas para abordar los retos.
Podemos utilizar el Design Thinking para encontrar soluciones a diversos problemas, logrando una comprensión completa desde diferentes perspectivas.
La metodología se recomienda para su aplicación en la resolución de problemas complejos y en proyectos de innovación y creación de nuevos productos.
Es importante crear un grupo diverso, de manera que tengamos diferentes perspectivas sobre un mismo tema. Esto aumenta las posibilidades de resolver los problemas de forma más rápida y creativa.
Un proyecto de Design Thinking se divide en 6 etapas:
Pero, ¡atención! En algunos casos, los pasos pueden no producirse de forma lineal.